UX en fábrica: la clave oculta del fracaso (o éxito) de la digitalización industrial

Alex Ponce
Alex Ponce

2025-12-04

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En el día a día de muchas pymes manufactureras, la gestión de la fábrica todavía descansa en Excel, papel y procesos manuales. Esto se traduce en una falta estructural de visibilidad: los responsables no saben con certeza qué ocurre en planta en tiempo real, se producen errores humanos que afectan a la trazabilidad y las decisiones suelen ser más reactivas que estratégicas.

En este escenario, cuando una pyme decide dar el salto a la digitalización, se encuentra con una oferta dominada por sistemas ERP o MES pensados para grandes corporaciones, a menudo diseñados para entornos con máquinas controladas por PLC (Programmable Logic Controller). Estos sistemas, aunque potentes en funcionalidad, suelen compartir dos limitaciones claras:

  • Interfaces pensadas para consultores y técnicos especializados, no para operarios que necesitan registrar datos de forma rápida y sin margen de error.
  • Implementaciones largas y costosas, que muchas veces superan la capacidad de inversión de una pyme.

A pesar de la inversión en sistemas “avanzados”, la adopción real suele ser baja. En muchos casos, estos proyectos acaban fracasando y desechándose o funcionando en paralelo con las hojas de Excel, perpetuando la ineficiencia.

La clave está en entender que la digitalización no depende solo de la potencia técnica del software, sino de que las personas que lo utilizan en el día a día quieran y puedan usarlo con facilidad. Y aquí entra en juego la experiencia de usuario (UX).

Una buena UX convierte un sistema complejo en una herramienta accesible y práctica. En SaaS B2B se ha demostrado que el diseño de la interfaz y la reducción de fricciones son factores determinantes para el éxito del producto. En el contexto industrial, esto es aún más crítico: el software debe ser tan sencillo y fiable que un operario lo aprenda en minutos, no en semanas.

Este primer artículo de la serie sobre UX en fábrica muestra por qué la experiencia de usuario es el factor decisivo en el software industrial y cómo su ausencia explica el fracaso de muchos proyectos de digitalización.

Los retos de la UX en el software MOM para pymes

Digitalizar una pyme no consiste en instalar un software y esperar resultados. El contexto industrial plantea retos muy distintos a los que enfrentan otros productos B2B, y la experiencia de usuario se ve especialmente afectada por tres factores clave.

1. Complejidad funcional

Un sistema MOM integra módulos que van desde la planificación y el control de producción hasta la gestión del almacén, el mantenimiento o los costes. Esta amplitud funcional, que es una ventaja, puede convertirse en un obstáculo si la interfaz no está bien diseñada. Es habitual que los sistemas tradicionales presenten menús interminables, pantallas densas y configuraciones poco intuitivas que terminan por abrumar a los usuarios.

En una pyme, donde el tiempo y los recursos son limitados, este exceso de complejidad puede ser la causa de que el software se abandone al poco tiempo, volviendo a depender de Excel o de procesos manuales.

2. Diversidad de perfiles de usuario

Otro reto fundamental es que en una misma plataforma conviven perfiles muy distintos:

  • Operarios de planta, que requieren pantallas táctiles sencillas y botones claros para registrar tiempos o consumos.
  • Encargados de turno, que necesitan visibilidad en tiempo real sobre órdenes, incidencias y recursos disponibles.
  • Directivos, que buscan indicadores agregados de productividad, costes o cumplimiento de plazos.

Diseñar una interfaz que funcione para todos ellos sin caer en el “café para todos” es un desafío que en muchos sistemas industriales no se ha resuelto. Cuando el software no distingue bien estos perfiles, termina siendo demasiado complejo para unos y demasiado limitado para otros.

3. Formación y soporte limitados

A diferencia de las grandes corporaciones, las pymes no pueden dedicar semanas a formaciones ni contratar consultores para guiar cada paso de la implantación. El software debe ser intuitivo desde el primer uso, de forma que cualquier empleado pueda aprender lo esencial en horas, no en días.

En SaaS B2B genérico, una experiencia de usuario deficiente suele acabar en una adopción parcial o nula. En la industria el impacto es aún mayor: si los operarios de planta no usan el sistema porque lo perciben como lento o confuso, la dirección nunca recibirá los datos necesarios para planificar ni tomar decisiones estratégicas.

4. La sobreinformación en los dashboards

En muchos sistemas industriales, los dashboards terminan convertidos en un muro de métricas: gráficos recargados, indicadores redundantes y datos poco útiles para el día a día. Lo que debería ser una herramienta de decisión rápida se transforma en ruido que ralentiza el trabajo.

En Bold, el diseño prioriza mostrar solo lo esencial según el rol. Este enfoque evita que cada usuario pierda tiempo interpretando información irrelevante. Y cuando un caso específico requiere un nivel distinto de detalle, la plataforma permite crear dashboards personalizados, adaptados a las métricas y procesos particulares de cada fábrica.


📘 En el siguiente artículo: veremos cómo Bold aplica principios de diseño específicos para el entorno industrial, con una UX coherente, progresiva y centrada en las personas que realmente usan el software.

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